30 de enero, día de la No-Violencia
También celebramos el Día Escolar de la No-violencia y la Paz (DENIP) fue declarado por primera vez en 1964. Surge de una iniciativa pionera, no gubernamental, independiente, y voluntaria de Educación Noviolenta y Pacificadora del profesor español Llorenç Vidal. Su objetivo es la educación en y para la tolerancia, la solidaridad, la concordia, el respeto a los Derechos Humanos, la no-violencia y la paz.
"Misericordia quiero y no sacrificios" (Mt 9,13)
De la Carta a un Ministro de san Francisco de Asís
Autenticidad de vida en la era digital
Intervinieron en la rueda de prensa el arzobispo Claudio Maria Celli, los monseñores Paul Tighe y Giuseppe Antonio Scotti, respectivamente presidente, secretario y secretario adjunto del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y Angelo Scelzo, subsecretario del mismo dicasterio.
El arzobispo Celli afirmó que “el mensaje de este año comienza con un hecho cada vez más evidente: existe una verdadera y gran transformación cultural, no sólo porque las nuevas tecnologías están cambiando la manera de comunicar, sino la misma comunicación”.
“Las nuevas tecnologías –dijo- ofrecen grandes oportunidades para el encuentro entre los seres humanos, superando las limitaciones del espacio y de la cultura de pertenencia, y crean la posibilidad de dar lugar a nuevas amistades, a pesar de los riesgos inevitables”.
El presidente del dicasterio subrayó que “las nuevas posibilidades de relacionarse ofrecidas por las tecnologías modernas ponen de relieve cómo ahora es posible no sólo un intercambio de informaciones, sino el compartir la visión del mundo, las esperanzas e ideales”.
“El Papa -continuó- relaciona tres aspectos importantes de la vida actual: la comunicación digital, la auto-imagen y la coherencia de vida. Las dinámicas comunicativas del mundo digital crean nuevas formas de construir la propia identidad, y aquí se enmarca la llamada del Santo Padre a la coherencia, a la autenticidad”.
En el mensaje, concluyó el arzobispo Celli, “se habla de un “estilo cristiano” de presencia: es lo que da sentido al título del mensaje, en el sentido de que el testimonio de los profesionales católicos no se agota en la mera discusión de temas religiosos, sino que está llamado a manifestarse en el estilo de vida personal concreto. La coherencia de vida con el Evangelio es una forma de anuncio; una comunicación explícita que hace creíble el anuncio. La exigencia de dar a conocer el Evangelio en su integridad debe manifestarse más que nunca como un “signo” distintivo de la era digital”.
Las trampas de la solidaridad
Economía Fraterna
Carta de Porto Alegre / Marzo 2006 / OFMCap
Nuestras presencias
México
Puebla, Puebla:
Convento San Leopoldo Mandic
Casa de formación: Noviciado
Parroquia: La Preciosa Sangre de Cristo.
Pavorreales # 22, Col. Gavilanes. Xilotzingo, Puebla, Pue. CP. 72580
Tel. (01 222) 245-95-27.
La Piedad, Michoacán.
Convento San Antonio
Casa de formación: Postulantado
Tancitaro # 196, Col. Vasco de Quiroga C.P. 59380
Tel. (01 352) 52-162-89
Zapopan, Jalisco.
Convento Santa María de los Ángeles.
Casa de formación: Postnoviciado (aquí se hacen los estudios de filosofía)
Priv. Bugambilias 350.
Col. Rinconada Sta. Rita. Zapopan, Jalisco (atrás de Plaza México). C.P. 44690
Tel. (01 33) 38-13-24-00.
Chalcatongo, Oaxaca.
Parroquia de Santa María de la Natividad
Casa de Misión
Chalcatongo, Oax.
Tel. (01 95) 35-33-42-44
Lago de Guadalupe, Cuautitlán Izcalli.
Instituto Santa Verónica
Casa de formación para las Hnas. Capuchinas.
Bosque del Lago, Cuautitlán izcalli, Edo. De Mex.
Tel. (01 55) 58 77 04 23
México D.F.
Parroquia de la Inmaculada y San Pío
Casa de formación de Teología.
Gutiérrez Zamora y Rivera s/n.
Col. Las Águilas., México, D.F. C.P. 01710
Tel. (01 55) 55-93-00-22
Isla Mujeres, Quintana Roo
Santuario Padre Pío
Av. Rancho Viejo, P. 471.
Zona Cont. Isla Mujeres, Cancún, Q. Roo. C.P. 77500
Tel. 9981855343
Texas
Si vives en EUA y te interesa formar parte de la gran familia Franciscana Capuchina puedes pedir más información poniéndote en contacto el Hno. Marío García ( 214 500 8595 ) o también puedes visitar las presencias en el estado americano de Texas, ubicadas en las siguientes direcciones,:
Inmaculado Corazón de María
3845 S. Main Fort Worth, TX 76110
Tel: (817) 923-6121
Nuestra Señora de Guadalupe
1012 Parsons Ln Fort Worth, Tx 71610
Tel: (817) 624-4000
Centro de Cursillos de Fort Worth
221 N. W. 26th Fort Worth, Tx 71610
Tel: (817) 624-9411
Centro de Cursillos de Dallas
5605 Bernal Dr. Dallas, Tx 75212
Tel: (214) 631-7778
Our Lady of Lourdes
5605 Bernal Dr. Dallas, Tx 75212
Tel: (214) 637-6673
Capuchino?
Capuchinos
¿QUIÉN ES NUESTRO FUNDADOR?
Nuestra comunidad Capuchina aparece en la historia el año 1528, pero sus raíces llegan hasta San Francisco, de quien recibimos su savia evangélica, su espiritualidad, nuestra razón de ser y de vivir.
Por eso, respondemos a tu pregunta sin ninguna vacilación: nuestro fundador es San Francisco de Asís. Le solemos llamar con cariño familiar “nuestro Padre San Francisco”.
Somos parte de la familia franciscana, una rama de ese árbol que Dios hizo brotar del corazón de Francisco y en el seno de nuestra Iglesia.
El es nuestra referencia obligada. Casi diríamos nuestra “norma de vida”. Pero a Francisco no le gusta esta expresión; él nos dice con mucha fuerza que nuestra norma de vida es el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
Ya conoces a Francisco de Asís. Y, sin duda, te sientes atraído por su figura. El vivió, como nosotros, en un momento de profundos cambios históricos.
Vivió en su juventud a concho… conoció lo que era el dinero, que se ganaba abundantemente en el negocio de su padre, Pietro Bernardote. Conoció las fiestas, los amigos, los bailes, por algo fue proclamado “rey de la juventud de Asís”. soñó con ser un caballero famoso y para ello dedicó gran parte de su tiempo y energía juvenil. Pero un día sintió que todo eso no le llenaba. Quería otra cosa y no sabía bien lo que era… El Señor le salió al encuentro donde Francisco menos le esperaba: en los pobres, los leprosos y en la soledad de la oración. Francisco hizo un largo y difícil camino de conversión.
Oraba desde lo más profundo de su corazón: “Señor, ¿qué quieres que haga?” Francisco no se hizo el sordo. Fue dando pasos muy concretos, que el Señor le pedía. Un día que participaba de la misa en la capilla de la Porciúncula llegó a su culminación su proceso vocacional. Al escuchar el evangelio en que Jesús envía a sus discípulos a anunciar la Buena Noticia del Renio, sin llevar nada para el camino, Francisco, tocado en su corazón por el Espíritu, exclamó gozoso: “Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo que en lo más intimo del corazón anhelo poner en práctica”.
Ponto el Señor le dio hermanos. Otros jóvenes y adultos quisieron vivir el Evangelio como Francisco. Quiso que se llamaran HERMANOS MENORES, como para indicar su estilo de vida, basado en el Evangelio.
Desde hace 800 años, millones y millones de personas han recorrido este “camino franciscano”, tratando de seguir a Jesucristo a la manera de Francisco.
¿POR QUÉ SURGEN LOS HERMANOS CAPUCHINOS?
Comenzaron a existir en Italia en el año 1528. Surgieron como una respuesta al deseo de vivir elídela franciscano como toda su fuerza.
Nuestro padre San Francisco vivió el Evangelio con sencillez y radicalidad, y así quiso que lo hicieran sus hermanos y seguidores. En su Testamento nos dice: “después que el Señor me dio hermanos, nadie me mostraba qué debía hacer, sino que el Altísimo mismo me reveló que debía vivir según la forma del Santo Evangelio.”
Francisco y sus primeros compañeros vivieron una pobreza, fraternidad, espíritu de oración, austeridad… admirables; pero cuando la fraternidad franciscana se hizo muy numerosa bajó el nivel. Hubo que hacer adaptaciones a la nueva realidad y a las peticiones de jerarquía de la Iglesia: Francisco sufrió mucho en los últimos años de su vida por este motivo.
En el movimiento franciscano ha habido siempre tendencias y tensiones. Unos hermanos han admirado, sobre todo, a Francisco y han querido mantener a cualquier precio la sencillez y radicalidad de la forma de vida. Otros han acentuado la necesidad de ser eficaces en la Iglesia, teniendo casas grandes y realizando muchos estudios. Ya en los primeros tiempos aparecieron dos tendencias muy marcadas, que se dio en llamar “observantes” y los partidarios de la comunidad que hacían hincapié en la vida “conventual”.
En el año 1517 la Iglesia acepto la división de la Orden Franciscana en dos grandes ramas:
- Los “Observantes” que querían observar la regla de S. Francisco en toda su pureza;
- Los “Conventuales” que sentían la necesidad de vivir en conventos para prepararse bien y servir a la Iglesia organizadamente.
Pero no todos los observantes quedaron conformes con los cambios que se habían introducido. Querían ir más lejos en su deseo de volver al espíritu de los orígenes del franciscanismo.
En la región Italiana de las Marcas, Matero de Bascio y los hermanos Rafael y Ludovico de Fosombrone, iniciaron una nueva reforma, con el único objetivo de volver al espíritu primero de Francisco. Subrayaban la vida en fraternidad, la oración y austeridad de vida, así como la predicación sencilla al pueblo y la dedicación a los enfermos afectados por la peste (leprosos de su tiempo). Querían imitar a Francisco de Asís hasta en su porte externo; por eso van descalzos, usan barba y llevan una túnica con una larga capucha puntiaguda.
El nombre de Capuchinos proviene precisamente de esa capucha grande que usaban. Al verlos descalzos, con barba y capucha larga, la gente habría exclamado: “¡Capuchinos!”, algo así como “los de la capucha”. Ya en 1534 los mismos documentos de la Iglesia empiezan a nombrarlos de esa manera.
Los primeros años de la Reforma Capuchina no fuero fáciles. Pero su entrega heroica a los afectados por la peste hizo que la Iglesia aceptara, en el año 1528, la nueva congregación con el nombre de hermanos menores capuchinos.
Hoy podemos afirmar con seguridad que fue el Espíritu Santo quien impulsó esta reforma, con el fin de dar nueva vitalidad a la familia franciscana y a la Iglesia universal.
Ocho años después de ser aprobada, en 1534 los capuchinos eran ya 700 hermanos. En el siglo XVIII llegaron a ser más de 34.000. Hoy somos 11.000 hermanos extendidos en todos los continentes.
Los Capuchinos
San Francisco de Asís
Los Capuchinos en México
El celo misionero de los hermanos capuchinos llevó, desde siglos atrás, a numerosos hermanos a América Latina provenientes de el “viejo continente”, Europa, a anunciar a los nuevos pueblos descubiertos, la buena nueva de Jesús. En esta larga travesía, de más de tres siglos, son incontables las historias de grandes hombres, ilustres por su ciencia y santidad de vida, que consagraron su vida e incluso derramaron su vida por el anuncio de del Evangelio y la defensa de los pueblos indígenas muchas veces explotados.
La primera presencia de los hermanos capuchinos en América Latina tiene lugar en Brasil, en el siglo XVII, a la par se hacen presentes en las Antillas, la Guayana y poco más tarde aparecen defendiendo los derechos de los negros explotados en Venezuela.
El primer capuchino que pisó tierras mexicanas fue Fr. Francisco de Ajofrín allá por los años 1763-1766. Aunque su venida a México no fue para dar comienzo a la Orden en este país, sino más bien para hacer una colecta de ayuda para las misiones encomendadas a los capuchinos en el Tibet, es destacable mencionar la buena impresión que le deja este país, y así mismo el interés que queda en los hermanos para ir a misionar a aquellas tierras tan “cálidas y agradables por sus paisajes”, “dóciles, humildes y piadosas por su gente” según el testimonio de Fr. Francisco.
No es sino hasta el siglo pasado, 1907-1911, cuando aparecen los hermanos ya con planes de cimentar la Orden provenientes de Cataluña, según la petición que el entonces Arzobispo de México Leopoldo Ruiz y Flores hiciera al capuchino Fr. Calasanz de Llevaderas Cardenal Vives y Tutó, en Roma durante un Concilio Latinoamericano.
Los movimientos revolucionarios de 1911, progresivamente hicieron muy difícil la vida de los hermanos, y tuvieron que abandonar el país en 1918. La segunda etapa de presencia de los hermanos data de los años 1921-1926, en la ciudad de México. Su actividad en “Ntra. Señora del Pocito”, templo filial al Santuario de Guadalupe, está marcada por la atención pastoral de la parroquia, capellanías y la predicación. La ascensión al poder en 1926, del presidente Plutarco Elías Calles, obliga a los hermanos de nuevo a salir de México.
Hacia los años 1947-1987, los hermanos se hacen de nuevo presentes con vías a la fundación de la Orden, según el ofrecimiento del Arzobispo de México, Luis M. Martínez. Así comienza la construcción de un convento en la colonia las Águilas, 1947, en la ciudad de México. Desde entonces hasta la fecha, la Orden se ha ido estableciendo en México apoyada principalmente por hermanos provenientes de la provincia de Cataluña y desde 1989, por hermanos de la provincia de Navarra, España.
Nuestro Carisma
La Vida y Regla de los Hermanos Menores es ésta:Vivir el santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo,en obediencia, sin propio y en castidad.(1Regla de Vida de San Francisco de Asís)
“Comprar, Tirar, Comprar”
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ZENIT